dilluns, 18 de juny del 2012

Eterno Javi Rodríguez

Abandonar aquello que tanto te gusta tras hacerlo durante más de 20 años y en la élite debe ser un paso muy complejo para cualquier deportista. Si además has tenido la suerte de jugar en grandes equipos y lo has ganado absolutamente todo, todavía más. Y si le añades que eres el capitán de una sección del mejor club del mundo, el trance todavía se hace más difícil. Javi Rodríguez jugó ayer su último partido como azulgrana en el Palau. El eterno capitán se va del Barça Alusport por la puerta grande. Si hace seis años, cuando aceptó el reto de jugar en un equipo acabado de ascender (el Barça), le explican el camino recorrido, ni los más optimistas lo habrían pronosticado.

El Palau, con cerca de 6.000 espectadores, quiso despedirse de 'su' capitán. Visiblemente emocionado, el guerrero de todas las batallas exteriorizó su parte más humana. Aquella que sólo conoce el vestuario y su entorno más cercano y que Javi sólo expresa cuando marca un gol y marca el gesto de un corazón dirigido a su mujer. Del resto, Rodríguez es un terremoto. Combativo y luchador. Cómo nadie. De sangre caliente, prototipo inequívoco de Santa Coloma de Gramenet.

Precisamente en Santa Coloma se inició como profesional. El entonces Indústrias ganó crédito, sobretodo, con Rodríguez, que le sirvió de trampolín para fichar por uno de los clubes más grandes (en aquél entonces, claro): el Playas de Castellón. En plena carrera profesional, Rodríguez situó al equipo de la Plana en el lugar más alto de Europa y se convirtió en uno de los jugadores más grandes de la historia del fútbol sala. El 'Terremoto' se lo llevaba todo por delante. Cada reto que se proponía, se cumplía.

Mediático por excelencia, nunca ha pasado desapercibido en ninguna parte. Su carácter le ha llevado a ser uno de los mejores del mundo (por no decir el mejor). Rodríguez es de aquellos jugadores que cuando le tienes en tu equipo sacas pecho. Capaz de levantar un partido cuando más muerto se encuentra el equipo, Javi es de los que se vacía con cuerpo y alma. Un parecido a su amigo, Carles Puyol.

El adiós de Javi de Castellón fue traumático. Poyatos perdía el alma y el latido del equipo. Se le iba un jugador insubstituible. Pero Javi Rodríguez tenía el reto más importante de su carrera: hacer grande al Barça. Carmona tenía muy claro quién tenía que liderar aquel proyecto. Y el '7' aceptó la propuesta. Cuando nadie quería fichar por el Barça, cuando nadie creía que la apuesta era firme y que iba en serio, Rodríguez revolucionó la sección. Junto con el esfuerzo de un puñado de compañeros, técnicos y directivos, esta sección permanentemente olvidada se ha situado en una época dorada sumando 7 títulos de los últimos 8 posibles y con otra liga en el horizonte.

Javi Rodríguez sabía que era su último año en el Barça. Posiblemente su deseo hubiera sido continuar una temporada más y soñar con levantar la Intercontinental la próxima temporada. Pero la etapa azulgrana se acaba. Su nombre pasará a la historia del FC Barcelona. Él siempre será el capitán del mejor Barça de la historia. Esto ya perdura para la eternidad. Y cuando se recuerde a este equipo siempre aparecerá la imagen del gran capitán. En Murcia tiene la última oportunidad de levantar su último título como azulgrana.

Si hay alguien que ha sido y continúa siendo un icono del fútbol sala mundial este es Javi Rodríguez. Un producto de exportación de marqueting de la LNFS en el fútbol sala asiático. Un símbolo y un referente de la selección española, la que presume de ser campeona de Europa y del mundo. El gol de Guatemala es, a pequeña escala, el de Iniesta en Suráfrica.

Se va un fuera de serie. Un jugador irrepetible. Ahora será él quien decidirá su futuro más inmediato. Si se retira definitivamente del fútbol sala o antes pasa por caja por algún país petrodólar. Allá donde vayas, Javi, gracias por todo el que nos has dado a quienes nos apasiona el fútbol sala. Por la atención recibida, por el respeto mutuo y por todos estos años que ya no volverán pero que Carla, toda orgullosa, siempre podrá decir con voz clara y alta: sí, yo soy la hija de Javi Rodríguez.

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