Si hay un nombre propio que va estrechamente ligado a la sección de
fútbol sala del FC Barcelona, éste es el de Marc Carmona. El técnico de
Sarriá está viviendo la época que él siempre había soñado: ser entrenador del
Barça con un proyecto creíble y una apuesta firme desde la directiva.
Carmona, que fue jugador azulgrana, saborea la temporada de los
'tetracampeones' con la sensación del trabajo muy hecho y con la ilusión
que la sección siga creciendo con la misma velocidad que lo está
haciendo, sobretodo, en las dos últimas temporadas.
La
pasión para sentarse en el banquillo le llegó mientras todavía tenía cuerda
para seguir jugando. Y así lo hizo en Martorell, donde fue el artífice
del ascenso histórico a Primera División. Allí comprobó la realidad de dirigir a un
equipo pequeño en la élite en un club subsistiendo a base de ilusión
como paso previo de la llegada a la presidencia de Francesc Miró. El sello de Carmona en Martorell continúa vivo como el técnico que
hizo realidad el sueño de un pueblo que apareció en el mapa.
Siendo
el entrenador de referencia en Catalunya, Carmona dio un salto adelante
sentandose en el banquillo de la cuna del fútbol sala catalán: el Marfil
Santa Coloma. Cómo siempre, con menos recursos que otros clubes, el técnico de
Sarriá clasificó a los colomenses para disputar los playoff por el título
liguero. Hasta que llegó la llamada del 'su' Barça. Anteriormente había rechazado,
por dos veces, la posibilidad de dirigir el banquillo azulgrana, pero a
la tercera fue la vencida.
Carmona tenía claro que no sería
técnico del Barça sin un proyecto con cara y ojos. Y con la llegada de
Laporta y Rosell a la directiva, cambió el guión de la historia. De esto
ya hace 6 años. Carmona acepta el cargo y convence a Javi Rodríguez
porque se convierte en el buque insignia del proyecto más ambicioso que ha vivido la
sección. Carmona ha crecido junto al equipo. Primero, llegando a las
finales. Y después, ganándolas.
Ha gestionado el
vestuario con mano izquierda y ha marcado la distancia correcta con los
jugadores. Prudente, disciplinado y con puntos de arrebato, entre los
más íntimos, Carmona ha madurado como lo ha hecho el equipo y la
sección. Al mismo tiempo y al mismo ritmo. Además, conoce tan bien las
raíces del Palau que escenifica a la perfección los valores del Barça.
El mensaje que dirigió a sus jugadores en el último minuto de partido antes de ganar la
liga más difícil en Murcia diciéndoles "se tiene que saber perder, pero
también se tiene que saber ganar" ejemplifica el ADN azulgrana.
Carmona
es el cocinero del éxito. Porque en cualquier trabajo se exige rigor y
pasión. Pero, el técnico de Sarriá tiene, además, el valor añadido de ser
barcelonista. Este plus le da un empujón para conocer el entorno y la
exigencia de una sección casi olvidada a ser una de las referentes. El
fútbol sala ha contagiado el Palau. Los grandes jugadores, ganan
partidos. Los grandes equipos, ganan títulos. Y los grandes
entrenadores, también.
Este verano repondrá dedicándose
intensamente a su mujer y sus tres hijas para coger el impulso de una
próxima temporada que está llena de nuevos retos. El 30 de junio de 2013
acaba contrato y sumará 7 temporadas al frente de la nave azulgrana. Ya
habrá tiempo para pensar. El cocinero necesita vacaciones.
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