Los cuatro duelos de la primera jornada invitan a una reflexión. De entrada que los rivales teóricamente más débiles ya no lo son tanto y que países como Eslovenia, Rumania o Turquía pueden crear dificultades a selecciones contrastadas y con un largo recorrido internacionalmente. De hecho, estas selecciones crearon dudas a España, Croacia y Turquía, como mínimo, hasta el descanso. Este hecho invita al optimismo al comprobar que en otros rincones del continente la práctica del fútbol sala crece y con nota.
No querría aventurarme a pronosticar que en esta Eurocopa será difícil ver goleadas de escándalo. Pero en la primera jornada se han visto detalles que hacen pensar que la distancia entre unos y otras se está acortando a marchas forzadas. Ahora bien, todavía veo en España, Portugal e incluso Italia con una cómoda ventaja.
España se sacó la presión del encima en una segunda parte que tiene que marcar el camino hacia los cuartos de final. Italia tuvo que trabajar de lo lindo para superar en Turquía gracias a dos goles de Luca Ippoliti. Pequeños detalles de Vampeta y poca cosa más. Y Portugal, de largo, fue quién tuvo un debut más plácido. Un 2-0 a favor en los primeros minutos allanó el camino de los portugueses hacia la victoria.
Y finalmente Croacia, quién la empujó una afición apasionada y que fue capaz de tumbar a Rumania del técnico Sito Rivera. Los croatas tendrán que mejorar mucho si quieren seguir haciendo vibrar a sus forofos. O como mínimo, Rumania dio señales de vida que pueden dar alguna sorpresa.
El debut de Rusia, la principal amenaza de España en esta Eurocopa, se hace esperar.
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