Hexacampeones! La selección española consiguió el quinto Europeo de
fútbol sala de su historia en una final taquicardica. Rusia mostró
mucha resistencia, pero la fe y, sobre todo, la persistencia de La Roja
fueron determinantes para mantener, dos años más, la hegemonía
continental. Este hexacampeonato tiene un valor añadido más por la forma
como el combinado de Venancio López se adjudicó un título que, a pocos
según del tiempo reglamentario, ya volaba en destino Moscú. España no
encontraba la solución. Había agotado todos los recursos.
Hasta
que apareció Sergio Lozano. El jugador del Barça tenía reservada la
mejor actuación personal para el momento decisivo. A falta de pocos
segundos para la conclusión, Rusia se aferraba a la mínima ventaja (1-0) gracias a
un gol de Pula. España lo había intentado absolutamente todo en
ataque, pero Rusia avalaba con creces su condición de ser la selección
menos goleada. El combinado español no encontraba el camino del gol ni
siquiera cuando los rusos tuvieron que jugar dos minutos con un jugador
menos en la pista por una absurda expulsión del 'brasileño' Cirilo.
España
no perdió nunca el empuje y la fuerza para conseguir la igualada. El tiempo
corría sin deternerse. Y cuando parecía que todo estaba perdido, Lozano
firmó el empate. Un disparo del azulgrana destrozó la portería rusa y
la fe española creció hasta levantar el título. Quedaba la prórroga y los penalties. Pero, una vez más, Lozano marcaba el 1-2 y Borja, en el
límite del tiempo, establecía el 1-3 definitivo. A todo esto, no hay que
olvidarse de Luis Amado (quién merece un capítulo aparte) porque
demostró que es el mejor portero de la historia de este deporte... de
largo.
Aquellos que se pensaban que España se pasearía por el
Europeo de Croacia han comprobado que para ganar títulos tienes que
trabajar más que el resto. Por eso el título todavía tiene más mérito. Se
ganó porque los jugadores nunca perdieron la fe. Persistieron hasta
lograr el título. Y esta es la fórmula. Durante el Europeo, las
retransmisiones de Energy y Europort han regalado demasiados comentarios
gratuitos que no ayudan a dar el valor que tiene la victoria de España.
No se gana con la gorra, como se ha demostrado. Por lo tanto, creo que
aquellos que tenemos la suerte de explicar los hechos, lo debemos de
hacer con humildad y respeto hacia los rivales.
En este
Europeo, se ha demostrado que el nivel de las selecciones ha subido un
peldaño y que la distancia entre España y el resto se ha acortado de
forma significativa. Mejor, claro que sí. De Rusia era de esperar porque
era una de las favoritas, junto con Italia que ha acabado tercera
después de ganar en Croacia (1-3).
La prensa española
hoy quizás se hará eco de la conquista del Europeo. Y lo disfrazará,
como siempre, como una selección invencible... que lo es. Venderán más la bandera, los colores y el orgullo español y pasarán por
alto, lo más importante que da el deporte: el esfuerzo y la
persistencia. Sin esfuerzo ni persistencia no habría títulos. Y esto,
en un periodismo deportivo más radicalizado que nunca, se olvida y se
pierde por el camino.
Durante los próximos días desglosaré el
Europeo por capítulos. Menciones especiales que merecen Luis Amado,
Sergio Lozano, Jordi Torras (MVP del torneo) y las revelaciones Miguelín y Aicardo.
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