BarçaTV emite, estos días, un excelente trabajo que desnuda la figura
de Marc Carmona, el eterno entrenador de la sección de fútbol sala
azulgrana que ha elaborado, de forma brillante, la periodista Berta
Brau. Un documento visual, con ritmo y pausa, que repasa la trayectoria
de Carmona al frente del proyecto más ambicioso de la historia de la
sección. El 'Porta 104': 'Carmona, en esencia' es una muestra más
de entender un estilo de hacer periodismo que ha permitido situar a la
televisión azulgrana como referente para los aficionados culés.
El
reportaje late al ritmo cardíaco de un partido de alto nivel. Empieza
con el protagonista tomando un café y repasando los periódicos en el
corazón del barrio de Sarriá. Corre con la misma intensidad que el personaje
durante la semana. Primero, nos descubren las caras del staff técnico
en un encuentro en la Ciutat Deportiva Joan Gamper. Allí, reunidos, preparan el próximo partido. Carmona avala su equipo -donde
destaca Albert Canillas, su mano derecha como un auténtico especialista en elaborar las jugadas de estrategia- y considera, como dice en el
reportaje, que "para ser en este equipo se tiene que tener un plus de
barcelonista sino se hace difícil compaginar el horario con la vida
familiar".
El reportaje avanza a ritmo de los entrenamientos
semanales. Pero la esencia de Carmona llega, como para cualquier
deportista, el día de partido. Se confiesa "hombre de costumbres" y es
el primero en llegar al Palau. El técnico da la última charla a sus
jugadores con imágenes del equipo rival y define el video como
"herramienta imprescindible". Los jugadores le escuchan, Javi Rodríguez mastica chicle y Wilde puntualiza alguna indicación sobre el rival. Es un
momento íntimo del vestuario que el espectador descubre. Se acaba la
charla y los jugadores salen a calentar antes del inicio. En el Palau,
Barça-ElPozo. Buf!
El documento se acelera cuando la pelota
empieza a rodar. La intensidad engancha al telespectador que se combina
con la voz de la locución de Barça TV. Empieza un tuya-mía entre lo que
pasa en la pista y en el banquillo. Incluso, se incluyen comentarios con
micrófono incluido de Marc Carmona (de quién rehuye siempre). La imagen
del técnico dando un golpe al banquillo después de encajar un gol del
equipo rival también demuestra que la serenidad se rompe en momentos
puntuales. Se acaba un partido trepidante y Carmona felicita a todo el
mundo. Del primero al último. A compañeros y rivales.
Pero, se ha
acabado el ritual? No. El técnico confiesa que después de un partido le
cuesta coger el sueño y pide que "lo incordien poco". La familia lo
sabe. Y él explica que hasta el próximo entrenamiento (el primero de la
semana) no se cierra el partido. Sensacional.
El reportaje nos deja un detalle más. Cuando nos descubre al
Carmona padre (de tres hijas) y "cuando puede" va a ver a su hija Judit
que juega a baloncesto. El técnico de Sarriá admite que quiere
"transmitir los valores del deporte" a sus hijas y destaca "el deporte
en equipo". El documento acaba con una imagen tierna: Carmona sale del
Palau acompañado por Judit.
Se acaba el partido y la semana.
Pero seguro que el técnico ya estaría pensando en el próximo partido.
Cómo dice él "no hay ningún interruptor que te permita desconectar dos
horas".
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