Esta ciudad ha querido el fútbol sala desde el primer día. Y fruto de esto, Caja Segovia es, todavía, uno de los clubes punteros de España. Lo demostró la temporada pasada cayendo en el último aliento en el Palau ante el Barça. Eso sí, ya no están tres piezas básicas de aquél equipazo: Tobe (Inter), Esquerdinha (ElPozo) y Sergio Lozano (Barça). Curiosamente, cada pieza ha acabado en los tres equipos más potentes de la LNFS.
Segovia siempre ha sido una cuna del fútbol sala. Allá han surgido jugadores fabulosos fruto de una dedicación enorme en la cantera. El más reciente es el caso de un ángel: Lin. El jugador, después de despuntar al Caja, ha acabado siendo el spider del Palau. La última perla es Borja Díaz. La temporada pasada ya fue nombrado jugador revelación por la LNFS y los equipos grandes empiezan a disputárselo de cara a la temporada próxima. Y no nos olvidáramos de Sergio González o David Ruiz, que ya se hablará muy pronto de ellos.
Y así es la filosofía en Segovia. Un club que apuesta por la formación y por el reciclaje. Da lo mismo que se hayan hecho en Castilla cómo que no, pero siempre apuestan por un producto de calidad. Un equipo que le da igual la edad prematura de sus jugadores. Les interesa más la calidad y el talento que la experiencia. Y los explotan hasta enloquecer a los clubes con más presupuesto. Y cuando el mejor jugador se va, ya hay otros que despuntan. Y vuelta a empezar. Este es el secreto en Segovia.
Hace más de una década que no levantan un título. El último fue la Intercontinental (2001) ante el Atlético Mineiro. Pero llegan a la Copa de España con la máxima ilusión. Saben que el reto es grande: el Barça Alusport, el actual campeón. El mismo equipo que hace unos meses los deshizo la ilusión de ganar la liga. Buscarán la revancha en la pista. Y la Copa es muy pícara.
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